domingo, 4 de enero de 2009




Me habías vendado los ojos, todo estaba oscuro, en aquellos momentos tú eras mi guia. todo era muy confuso, y todavía mas cuando me cogiste las manos por atrás, y me esposaste. no veía absolutamente nada, y apenas podía moverme. me pusiste contra el armario. tus manos recorrían suavemente mi cuerpo. el corazón cada vez me latía mas fuerte, parecía que se me iba a salir del pecho...

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